La urbanizacion de China no es suficiente
China está viviendo un rápido periodo de urbanización que contrasta con los datos del Buró Nacional de Estadística que dice que sólo el 45.7% de la población vive en ciudades. Este dato está lejos del nivel de desarrollo de otros países y por debajo de países en vía de desarrollo similares a China.
La urbanización en China tiene el problema de que los 140 millones de personas que viajan del campo a la ciudad nunca llegan a integrase por completo en la ciudad.
La gente del campo que se lanzan a un nuevo mundo se encuentra que no tiene el mismo estatus social, que sus oportunidades de desarrollo son menores, que su estilo de vida sigue siendo rural, etc. Son campesinos que viven en la ciudad. De este modo, el verdadero nivel de urbanización de China es del 40%.
Los gobiernos de las grandes avenidas necesitan la tierra de los emigrantes rurales, el dinero y el trabajo, pero no les quieren a ellos como residentes. Muchos fenómenos económicos y sociales reflejan esta realidad: colegios para los niños de los trabajadores del campo, viviendas en alquiler durante la temporada que los trabajadores pasan en la ciudad, etc.
El desarrollo económico y urbano que ha experimentado China en los últimos diez años se debe en parte a la contribución de los emigrantes del campo. De esta manera el desarrollo es patente en el campo. En el resto del mundo, la urbanización ha sido como consecuencia de la fuerza que ha movido a la gente del campo a la ciudad. En China la población rural se desplaza pero, sus propiedades no.
La gente del campo, que vende sus propiedades al gobierno para que éste continúe con el proceso de urbanización del país, regresa a la ciudad comprando o alquilando una casa, incrementando así el crecimiento natural de la población. El 70% de esa emigración rural tiene entre 20 y 30 años, no comparten ni llegar asimilar el estilo de vida de la ciudad pero tampoco quieren regresar al campo.
La población rural que trabaja en la ciudad durante tres años puede conseguir para él y su familia el certificado de residencia y disfrutar de los mismos derechos que los demás ciudadanos. El trabajador del campo que obtiene este certificado deja de pertenecer a su comunidad rural y renuncia a los derechos sobre su tierra. Pueden alquilar o vender sus casas y el gobierno puedo tomarlas para el uso que ellos consideren oportuno.
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Según lo que leo aquí y según lo que he visto durante estas 3 semanas en China, todo cuadra. Lo cierto es que mientras paseas por los rascacielos de Shanghai, a pocos metros ves las viviendas antiguas, viviendas para los trabajadores… puedes ver un estado de vida muy distinto. Según me comentaron unas amigas chinas, para ellos ser pijo en China significa pertenecer a la clase media.
Y que hay mucho emigrante, es cierto. En la calle ves a muchos campesinos que viajan en tren a las ciudades para vender sus cosechas por unos cuantos yuanes. Otro claro ejemplo es ver a los jóvenes camareros/masajistas/vendedores ambulantes que vienen desde lejoz para ganar más dinero y adaptarse a la ciudad pero resulta dificil.