La Fiesta de la Claridad Brillante
Sin duda, esta fiesta no se cuenta entre las más conocidas de China, ni tampoco hace las veces de reclamo turístico. No obstante, merece la pena descubrirla, ya que es una de las fechas que encierran un significado más profundo para los habitantes del gigante asiático. Aunque en el antiguo Imperio del Centro se la conoce como Qingming jie ( 清明节), en Occidente se la denomina fiesta de la Claridad Brillante o Día de los Difuntos.
A lo largo de esta jornada, que en el 2012 coincidirá con el 4 de abril, los chinos recuerdan a los antepasados de su propia familia. Una de las costumbres más habituales es acercarse hasta el cementerio y limpiar sus tumbas, como si del día de Todos los Santos se tratara.
Aunque antiguamente se celebraba el tercer día del tercer mes lunar, en los últimos tiempos ha pasado a ser una festividad solar que se conmemora del 4 al 6 de abril, con el propósito de unificar el período de vacaciones de los funcionarios y de otros sectores de la economía local.
Durante la fiesta de la Claridad Brillante, la actividad principal consiste en efectuar una visita (secundada por toda la familia: abuelos, padres e hijos) al lugar donde yacen enterrados sus familiares. Una vez allí, limpian las sepulturas y llevan a cabo un sacrificio ritual.
Actualmente, la práctica más extendida consiste en acondicionar la tumba, depositar flores y frutas ante la misma, quemar incienso y realizar reverencias en señal de respeto. Además, también es frecuente colocar sobre las lápidas el denominado papel moneda espiritual, es decir, fajos de billetes falsos que pueden adquirirse en los templos y en otros establecimientos de China, destinados a ser quemados u ofrecidos junto a las flores y las frutas.
Antiguamente, existía la costumbre de cambiar el emplazamiento de la tumba cinco o seis años después de producirse el fallecimiento. A la hora de buscar la nueva ubicación, se recurría a la geomancia y, más concretamente, a un método muy conocido en Occidente: el feng shui (风水). A continuación, se limpiaban los huesos y se colocaban en una urna de cerámica y, tras la visita a las tumbas, se hacían volar cometas.
Foto vía: SG Holiday
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