Imagen de las calles de Beijing

Calles de Beijing

La imagen de las calles de Beijing llenas de gente haciendo su vida recuerdan un pasado no muy lejano pero, que se va olvidando, de Madrid. El contraste radica en el hecho de que la capital china sea una potencia mundial, pero a veces da la impresión de que es un pueblo grande. La primera vez impacta ver como cualquier superficie cubierta con unos cartones o plásticos es un buen lugar para echarse una siesta a media mañana. Después uno se acostumbra y entiende todo lo que ve.

Durante el invierno, las gélidas temperaturas obligan a la población a refugiarse en sus casas. Con la llegada del buen tiempo las calles se van poblando de gente que juega al mahjong, a las cartas, que hace gimnasia, que conversan con el vecino, que come y duerme fuera de unos hogares de ambiente abrasador. La excusa es el calor que hace en verano pero, en realidad, el chino es un hombre que gusta relacionarse con los demás.

Las viejas sillas que se pueden ver a la puerta de los negocios, de las casas, hablan de la vida que se hace en la calle. El tono de voz de las conversaciones suele ser alto, a veces parece que más que hablar estén discutiendo, mezclado con el ruido diario de la ciudad: los coches, los obreros trabajando, el ring que emite la campanilla de las bicicletas, etc. hacen que la banda sonora de Beijing suene como una banda de música sin director.

La calle parece una prolongación del hogar. Casi todo lo que se hace entre cuatro paredes en Beijing se puede y se hace al aire libre. Una mesa, una silla, una sombrilla, un termo de té, unas cartas y ganas de conversar, es lo que les hace falta para disfrutar de una velada en la calle. Muchas casas no tienen baño propio por lo que la gente tiene que ir a los baños públicos que hay habilitados en casi todas las calles.

Es fácil cruzarse en el camino con gente vestida con el pijama como si fuera lo más normal. Por imprevistas, estas imágenes de China se disfrutan mucho. A simple vista pueden parecer más retrasados, pero si se observa con atención simplemente se adaptan al medio en el que viven de la mejor manera posible.

Choca ver a una familia comer en la calle, a la puerta de su tienda, mientras intercambia banales palabras con su vecino. Sin embargo, si se piensa con detenimiento, la sociabilidad del pueblo chino es un medio de comunicación en vías de extinción en países supuestamente muy desarrollados.

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