Lhasa, el lugar de los dioses

Palacio de Potala en Lhasa

El Palacio de Potala

Capital del Tibet y sede tradicional del Dalái Lama, Lasha es una ciudad difícil de comparar con ninguna otra. Es hogar de los principales monumentos de la región, lo cual incluye palacios, templos y monasterios, y además es depositaria de las raíces culturales y de la herencia espiritual de los tibetanos.

Ubicada a 3.650 metros de altura, es una de las ciudades más altas del mundo, y la más alta en Asia. Es el valle del río Brahmaputra el que acoge este asentamiento urbano, y su nombre significa “ciudad de los dioses”. Para el budismo tibetano, se trata del lugar más sagrado de todo el territorio.

Para descubrir los tesoros arquitectónicos y culturales que alberga Lhasa, basta con dar un breve paseo. Al instante los monumentos más hermosos e impactantes salen al paso, dueños de una majestuosidad y un halo místico sorprendente. La Colina de la Medicina es habitualmente el sitio más concurrido, y subiendo hasta su cumbre es posible admirar el patrimonio tibetano.

En una corta ascensión, aunque no por ello sencilla dada la falta de oxígeno de estas alturas, se conoce primero la antigua academia de medicina que dio nombre a la colina, y que fue destruida durante la Revolución Cultural. Desde la cima, se obtienen las más impresionantes vistas del Palacio de Potala.

Patrimonio de la Humanidad desde 1994 y uno de los principales monumentos de todo el país, fue edificado sobre la montaña Hongshan en el año 1648. En los años 2000 y 2001, la declaración de la Unesco se amplió para abarcar también al Palacio Norbulingka y al Templo de Jokhang.

El primero de ellos fue residencia de verano de muchos dalái lamas desde 1780 hasta 1950, cuando la República Popular China tomó el poder sobre el Tibet. El Templo de Jokhang es el más antiguo de la ciudad, y data del año 647, durante la dinastía Tang.

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Categorias: Tibet



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