China también vive el Ramadán

Musulmanes en Kashgar

Entre el 20 de julio y el 19 de agosto, el mundo islámico se prepara para entrar en el mes más importante para los musulmanes: el del Ramadán. Éste ocupa la novena posición en el calendario lunar, y comienza con la aparición de la luna a finales del sha’ban (el octavo mes). Abstinencia, oración y recogimiento son tres de los adjetivos que mejor definen a este período. Algo más de cuatro semanas que se viven intensamente en toda China, y muy especialmente en la extensa región autónoma de Xinjiang (situada al oeste del país), donde la minoría musulmana adquiere un gran protagonismo. Sin ir más lejos, además, está reconocido por el Gobierno del gigante asiático como una de las 55 etnias minoritarias oficiales del territorio chino.

Incluso para los no creyentes, los hábitos que marcan el día a día de la población pueden llegar a afectarles. En efecto, durante este mes sagrado, todos aquellos que sigan los preceptos islámicos deben evitar ingerir alimentos, beber, masticar chicle, fumar, usar perfume y tener relaciones sexuales antes del ocaso, con el fin de mantenerse puros. Las razones que explican esta práctica deben buscarse en la biografía del profeta Mahoma, ya que fue en el noveno mes cuando habría recibido sus primeras revelaciones.

Por todo ello, es posible que el recién llegado se percate de que todos establecimientos comerciales y empresas  funcionan a medio gas durante el Ramadán. Además, conforme se acerca la caída del sol, verá que el tráfico se vuelve mucho más denso, ya que todos quieren regresar rápidamente a sus casas para romper el ayuno. Por eso, si el viajero tiene que coger un coche, es mejor que evite conducir poco antes de la caída del sol.  Además, es posible que en los bares y restaurantes le pongan trabas a la hora de consumir bebidas alcohólicas, por lo que es recomendable que lleve consigo el pasaporte.

En contrapartida, el turista tendrá la ocasión de disfrutar de una atmósfera única cerca de las mezquitas de la región, y muy especialmente en la de Kashgar.

Transcurrido el Ramadán, la fiesta del Eid al-Fitr (cuya duración es de tres días) pondrá fin a un mes atípico, pero que vale la pena experimentar en primera persona.

Foto vía: Absolut China

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Categorias: Cultura China



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