La Rebelión Taiping
El conflicto conocido como la Rebelión Taiping o el Reino Celestial de la Gran Paz, fue uno de los más oscuros episodios en la historia de China. Pese a que no ha trascendido en nuestra cultura igual que otros grandes desastres de la humanidad, como las Guerras Mundiales o la Peste Negra, lo cierto es que el número de fallecidos en la Rebelión Taiping ronda los 25 millones. Durante esta guerra civil, la mayoría de los fallecidos cayeron ante la hambruna y las atrocidades de los ejércitos al encontrar resistencia en las ciudades.
Los dos bandos de esta contienda fueron los llamados «rebeldes cristianos», a cuya cabeza se encontraba Hung Hsiu-ch’uan y los miembros de la Dinastía Qing. Hong mantenía que él era el hermano menor del propio Jesucristo, y que le había sido encomendada la sagrada misión de derrocar a los Qing, símbolo de la corrupción gubernamental. En un tiempo en que la sociedad entera estaba profundamente decepcionada con sus gobernantes, que no eran capaces de hacer frente a problemas como la dominación exterior, o la generalizada delincuencia que existía en las calles, Hung Hsiu-ch’uan y el cristianismo trajeron un viso de esperanza para el futuro de China.
Entre los años 1736 y 1852, la población de China se triplicó, aunque como es lógico, no lo hicieron las tierras de cultivo, lo que desencadenó una terrible hambruna, todo ello en el trasfondo del desmesurado castigo que sufrió China a manos de los ingleses con el tráfico de opio. Mientras los beneficios del tráfico iban directos a las arcas inglesas, la adicción se apoderaba de los orientales. Por otra parte, ningún occidental podía ser juzgado por las leches de China, aunque hubiesen cometido algún crimen en el país.
Ante este turbulento clima, comenzaron a crearse toda clase de sociedades, buscando una forma de devolver la unidad al pueblo, así como su soberanía y autodeterminación, liberándose del yugo extranjero. La sociedad de los Adoradores de Dios, fue la que más hondo caló en la sociedad china. Hung Hsiu-ch’uan, su creador, tras pasar un periodo de enfermedad, afirmó ser el hermano pequeño de Jesucristo y se puso manos a la obra para extender el cristianismo.
El primer enfrentamiento de los Adoradores con el gobierno tuvo lugar en Octubre del año 1850, aunque las autoridades no pudieron terminar con la organización, por lo que poco después, en 1851, Hung Hsiu-ch’uan manifestó su voluntad de implantar el Reino Celestial de la Gran Paz (T’ai-p’ing T’ien-Kuo), que popularmente se llamaría Taiping. Este movimiento pronto ganó numerosos adeptos, ya que entre sus objetivos estaba la oposición al gobierno imperial, así como a sus impuestos, por considerarlos injustos.
En el año 1853 la lucha entre ambos bandos era ya inevitable, y cuando uno tras otro, los intentos imperiales por tomar las ciudades de Nankín y Pekín fracasaron, Hung Hsiu-ch’uan comenzó a creerse invencible. Pero pronto, las disputas internas en el Taiping debilitaron su posición, equilibrando la balanza entre ambos bandos. De este modo, se crearon numerosas milicias privadas, pagadas por comerciantes, la más famosa de las cuales fue el «Ejército Siempre Victorioso«, integrado por mercenarios procedentes de Filipinas, y liderado por Frederick Towsend Ward.
Incluso a pesar de sus conflictos internos, los miembros del Taiping continuaron mostrando resistencia a las fuerzas imperiales, aunque a partir de 1862 las cosas comenzaban a ir a peor. Con la unificación de los países extranjeros, las milicias privadas y el ejército imperial, el movimiento Taiping fue mortalmente herido en 1864 con el suicidio de su líder en Nankín, terminando definitivamente en 1866
Foto vía: freetheprincess
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