El monasterio de Po Lin: en la isla de Lantau
Cualquier escapada que tenga como escenario Lantau —la mayor isla de Hong Kong, situada en la desembocadura del río Perla— debe incluir la visita al principal monumento de la zona: el monasterio de Po Lin (en español, ‘bello loto’).
Pese a no ser especialmente llamativo desde el punto de vista arquitectónico o histórico, el recinto cuenta con una atracción realmente singular: el Buda sedente más grande del mundo, inaugurado en 1993.
Realizada en Nanjing con 250 toneladas de bronce fundido, la creación de esta enorme escultura de 26 m de altura —también conocida como Tian Tan o Gran Buda— comportó más de tres años de trabajo. En la actualidad, se alza sobre Ngong Ping, el punto más elevado de Lantau.
Tanto es así que, para acceder hasta él, el recién llegado debe ascender por una empinada escalinata de numerosos peldaños. Se trata de un verdadero desafío para la forma física de los turistas, aunque el esfuerzo se ve recompensado con unas magníficas vistas. A su vez, además de la célebre estatua, la gran plataforma que la rodea también da cabida a seis Bodhisattvas de bronce en actitud votiva.
Sin embargo, no hay que perder de vista los edificios que conforman el complejo monástico, considerado como el santuario budista más importante de Hong Kong. Fundado en 1906 por tres monjes, hasta 1924 —año en el que adoptó su denominación actual— fue conocido popularmente con el nombre de Big Hut (‘gran sombrero’).
Su interior alberga tres imágenes de Buda que simbolizan el pasado, el presente y el futuro. Asimismo, el recinto también da cabida a algunas tiendas dedicadas a la venta de incienso, así como a diversos comedores de cocina vegetariana, ubicados a la izquierda del templo principal.
Para llegar hasta Lantau, se recomienda tomar el transbordador a Mui Wo y, una vez allí, un autobús de la línea 2.
Foto vía: Mirta Fernández-Idóneos
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