Emperador de Jade, rey del universo

El Emperador de Jade es el que gobierna el cielo según las creencias taoístas, además de controlar todas las facetas de la existencia incluyendo la vida humana y hasta el infierno, por lo que se podría decir que es el ser más poderoso dentro de las creencias tradicionales de esta religión.

El Emperador es el dios más importante en el panteón de ellos que existe dentro de la religión tradicional de China.

Al Emperador de Jade lo puedes escuchar llamado de diferentes formas por las personas chinas como son el Abuelo Celestial, el Alto Soberano Xuanling, el Emperador Augusto de Jade o simplemente el Augusto de Jade. Las leyendas aseguran que este dios tuvo un papel muy importante en la creación del universo y que ayudó al gran creador, Yuan-Shi-Tian-Zong a traer orden al cosmos.

Pero tuvieron que pasar millones de millones de años de contemplación para que este dios se convirtiera en un ser perfecto. Después de todos estos años, el Emperador de Jade consiguió la omnipotencia y la iluminación, convirtiéndose así en el que rige el Cielo y controla todo el universo. Las leyendas dicen que los emperadores de China eran simples manifestaciones de este dios y que eran completamente manejados por él.

Los emperadores terrenales de China tenían la aprobación de este emperador para ejercer su mandato a través de ellos y él los vigilaba constantemente. Y es que la palabra de este emperador es la ley en todo el universo y desde que se convirtió en el dios más poderoso, ha tenido a su servicio varios otros dioses menores que son los que se encargan de cosas más simples y de pasarle una revisión de todo lo que sucede en la tierra.

Una de las leyendas más populares con este dios es la que asegura que fue la visita de varios animales hasta su presencia, que se realizó porque sentía curiosidad sobre las criaturas terrenales que no tenía tiempo de visitar, la que originó el zodiaco chino como lo conocimos. El Emperador de Jade quedó tan sorprendido por todos estos animales que decidió dividir los años entre ellos y así quedaron hasta como los conocemos ahora.