Disfrutar del Beijing más artístico

Arte en Beijing

La cultura ha llegado a Beijing de la mano del Distrito 798 o Dashanzi. Elemento cultural que parece no estar presente en la vida de los chinos pero que convive en armonía con un partido que permite su existencia. Reflexiones personales que se muestran en un enclave estratégico de la ciudad que evoluciona para algo más que unos Juegos Olímpicos.

¿El lugar?… Un antiguo recinto con fábricas de componentes electrónicos que en la década de los noventa acabaron abandonadas tras la desregulación de Deng Xiaoping. En su día fue un referente para toda China y hoy es la puerta del futuro para el arte local y foráneo. Las maquinarias han dado paso a la mente de los más creativos. Las tuberías, bocas de riego y fachadas industriales permanecen intactas mientras el interior se ha convertido en una auténtica galería de arte. Mezcla entre vanguardia y tradición que provoca magia entre todos los viandantes.

El autoritarismo político parece no haber llegado a este Distrito y su dinamismo y presentación le han otorgado el reconocimiento del nombre Soho Chino. Pero no todo ha sido un camino de rosas y la transformación urbanística estuvo a punto de truncar los sueños de aquellos que empiezan a crecer, que empiezan a crear. Rong Rong es uno de los que han retratado en sus obras el modelo destructivo de desarrollo urbano.

En la década de los 50, China experimentó una gran industrialización que ayudó a la construcción de fábricas del estilo a las del Distrito 798. La Unión Soviética y el diseño de la antigua Alemania del Este hicieron posible la creación de ese pilar que fue el Distrito a mediados de siglo. Hace tan sólo 15 años, el abandono de las fábricas provocó una migración artística en búsqueda de una alternativa al centro de la ciudad. Éste era más barato y más auténtico así que no vieron motivo para apostar por unas ruinas industriales.

La Academia Central de Arte (CAFA), en 1995, fue la pionera abriendo un lugar de exhibición próxima a la fábrica 706. A ésta le siguieron otras fábricas que comenzaron a mostrar sus obras de arte que brotaban de manera inesperada. Crecimiento desestructurado que aporta esa peculiaridad y distinción al Distrito 798.

Convivencia al unísono de galerías y centros de arte con tiendas de moda y bares. Un espacio para recrearse con su armonía y estilo Pompidou de París que impregnan las calles de esta pequeña ciudad. Es el puente intercultural entre China y Occidente.

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Categorias: Beijing, Cultura China



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