La república de China cumple 100 años
Hace unos meses, este blog dedicaba unas líneas a la rebelión militar que, en el 1911, marcaría el principio del fin de la última dinastía imperial en la historia de China: los Qing (1644-1912).
No obstante, aún habría que esperar algunas semanas para que el último emperador, Puyi (1906-1967), abandonase el trono, circunstancia que se produjo el 12 de febrero del 1912. Casi un siglo, por lo tanto, del fin de una forma de gobierno milenaria, y que ha dejado una profunda imprenta en el arte y la cultura del gigante asiático.
Tras la abdicación de Pu Yi, Sun Yat-sen (1866-1925, en la imagen) formó un gobierno provisional, al que pondría fin al año siguiente el dictador Yuan Shikai , quien disolvió el parlamento e instauró un régimen totalitario. Sin embargo, su funesto paso por la historia de China fue más allá, al asesinar al vencedor en las elecciones de 1913, Song Jiaoren, miembro del recién creado Kuomintang o Partido Nacionalista (formación política fundada por Sun Yat-sen) .
Ya en 1915, la imposibilidad de restituir el imperio Qing desembocó en un país fragmentado, con un gobierno legitimado por las potencias extranjeras que sólo controlaba el norte del país. Sin ir más lejos, el poder fáctico recaía en manos de los señores de la guerra, líderes militares que controlaban el territorio, la administración de su área de influencia (el número de las mismas ascendía a nueve) y la recaudación de impuestos.
La debilidad del gobierno de Beijing se vería agravada el 1919, momento en qué se hizo público que China había cedido Shandong a Japón. El estupor del pueblo chino cristalizó en el Movimiento del Cuatro de Mayo (encabezado fundamentalmente por estudiantes) aquel mismo año, que se prolongaría hasta el 1923.
Durante este tiempo, los intelectuales reclamaron la adopción de medidas socialistas, que después serían adoptadas por el Partido Comunista Chino, fundado en 1921 y del que SobreChina proporcionará más información en breve.
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